http://www.latarde.com/local/pereira/30401-organizar-el-comercio-de-calle-requiere-recursos.html
Sólo entre el 15% y el 20% de los 1.700 vendedores de la ciudad están por debajo de la línea de la pobreza y son adultos mayores que trabajan con ‘chaza’.
Así lo expresó Orlando Parra, director del acompañamiento al plan de manejo de vendedores informales que realizó hasta ayer la Universidad Católica, durante la socialización que hizo sobre lo que ha sido su experiencia en este proceso.
Dentro de la exposición se mencionó que 860 vendedores tienen vivienda, y en su entorno todos los informales viven corriéndole al del ‘gota a gota’, hay contrabando, ilegalidad, entre otras.
La mayoría de vendedores ganan más de un salario mínimo con su trabajo en las calles.
“Por eso el hecho de que estén en el Ruvip (registro de vendedores) no significa que tendrán los beneficios que ofrece la Alcaldía, pues algunos tienen bienes en arrendamiento”, dijo Parra.
Recursos
Una de las metas es acabar con la herencia del oficio, es decir, que los hijos de los vendedores no vayan a ejercer la misma actividad. La educación es fundamental, al igual que los recursos para seguir el proceso.
Frente al tema, Parra críticó que no se destinen los suficientes recursos para este tema que es constitucional y sí se pueda hacer con obras como el Estadio.
Perfil: líder de los vendedores
Tiene 42 años, llegó a Pereira hace 20, desde Cúcuta, Santander. Le gusta dialogar más que ‘alegar’, y escuchar a los otros. Apenas terminó su bachillerato hace un mes, y se graduará el 12 de septiembre del Colegio Aquilino Bedoya. Todas las mañanas sale de su casa en Corocito para vender frutas y verduras. Así es Fabio Alfonso Jaimes, su carácter lo ha llevado a ser el presidente de Corpovendedores, la organización más grande de vendedores informales de la ciudad (agrupa a cerca de 700 vendedores y si entran los de Cuba, serían mil).
“Si hay que hablar de un líder de vendedores es él, porque cuando empezamos a trabajar el tema hubo muchos que se nombraron líderes, y realmente no lo eran. Hay cerca de 13 asociaciones en la ciudad, cada una con un líder. Pero Alfonso Jaimes ahora los representa a casi todos”, dice Orlando Parra.
“Mi propuesta es luchar por la casa del vendedor informal como funciona en Bogotá”, dice Jaimes para quien la continuidad a los procesos de organización de ventas informales es fundamental para tener éxito y le dice a sus asociados que hay que ‘jugarle’ a las propuestas municipales. “Además el problema del espacio público no es sólo de vendedores”, concluye.
Sólo entre el 15% y el 20% de los 1.700 vendedores de la ciudad están por debajo de la línea de la pobreza y son adultos mayores que trabajan con ‘chaza’.
Así lo expresó Orlando Parra, director del acompañamiento al plan de manejo de vendedores informales que realizó hasta ayer la Universidad Católica, durante la socialización que hizo sobre lo que ha sido su experiencia en este proceso.
Dentro de la exposición se mencionó que 860 vendedores tienen vivienda, y en su entorno todos los informales viven corriéndole al del ‘gota a gota’, hay contrabando, ilegalidad, entre otras.
La mayoría de vendedores ganan más de un salario mínimo con su trabajo en las calles.
“Por eso el hecho de que estén en el Ruvip (registro de vendedores) no significa que tendrán los beneficios que ofrece la Alcaldía, pues algunos tienen bienes en arrendamiento”, dijo Parra.
Recursos
Una de las metas es acabar con la herencia del oficio, es decir, que los hijos de los vendedores no vayan a ejercer la misma actividad. La educación es fundamental, al igual que los recursos para seguir el proceso.
Frente al tema, Parra críticó que no se destinen los suficientes recursos para este tema que es constitucional y sí se pueda hacer con obras como el Estadio.
Perfil: líder de los vendedores
Tiene 42 años, llegó a Pereira hace 20, desde Cúcuta, Santander. Le gusta dialogar más que ‘alegar’, y escuchar a los otros. Apenas terminó su bachillerato hace un mes, y se graduará el 12 de septiembre del Colegio Aquilino Bedoya. Todas las mañanas sale de su casa en Corocito para vender frutas y verduras. Así es Fabio Alfonso Jaimes, su carácter lo ha llevado a ser el presidente de Corpovendedores, la organización más grande de vendedores informales de la ciudad (agrupa a cerca de 700 vendedores y si entran los de Cuba, serían mil).
“Si hay que hablar de un líder de vendedores es él, porque cuando empezamos a trabajar el tema hubo muchos que se nombraron líderes, y realmente no lo eran. Hay cerca de 13 asociaciones en la ciudad, cada una con un líder. Pero Alfonso Jaimes ahora los representa a casi todos”, dice Orlando Parra.
“Mi propuesta es luchar por la casa del vendedor informal como funciona en Bogotá”, dice Jaimes para quien la continuidad a los procesos de organización de ventas informales es fundamental para tener éxito y le dice a sus asociados que hay que ‘jugarle’ a las propuestas municipales. “Además el problema del espacio público no es sólo de vendedores”, concluye.
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