viernes, 17 de julio de 2009

“Cielo roto”

por RAFAEL FERNANDO HENAO
en: http://www.latarde.com/index.php?option=com_jumi&fileid=1&idnota=13559

Nunca antes se había suscitado en Pereira, un debate amplio sobre problemas de ciudad. Es una virtud que debemos abonarle a la actual administración. Ello ha propiciado, que de repente, surjan pontificadores, que habían permanecido indiferentes o resguardados en el mundo de sus negocios, o que están fuera de la ciudad.

Otras personas, en forma silenciosa han venido preparando acciones de intervención, como el propio Alcalde, funcionarios de planeación y el equipo de la Universidad Católica, con Orlando Parra, que estudia, piensa y actúa con prudencia. Hoy medios de comunicación como La Tarde y otros radiales, asumen la tarea de observar y proponer. Molesta que, apenas ahora, mediante ataques y exageraciones se controvierta la idea de entechar dos peatonales. Y claro que las ideas se ponen en contexto para tamizarlas, preferiblemente desde la argumentación, con respeto y tendiendo a la resolución controversial, en forma positiva.

Un problema se acoge para resolverlo. Es loable que se pretenda alcanzar el consenso, pero de no ser posible, un gobernante debe proceder. Cuando se busca satisfacer a todo el mundo, se puede terminar por insatisfacer a todos. Inclusive recomiendo la creación de un observatorio permanente de ciudad, que retroalimente proactivamente al gobierno municipal. Debemos rescatar a personas, que sin intereses estrictamente políticos podrían aportar, otros preparados en desarrollo urbano y a estudiosos en temas de ciudad, como por ejemplo Gonzalo Hugo Vallejo Arcila, caracterizado por su crítica mordaz y a su vez por su proposición. Particularmente estoy de acuerdo en intervenir a fondo e integralmente el centro de Pereira. Es el corazón desde el cual palpita el resto de ciudad. La concentración de esfuerzos y el uso de todas las herramientas disponibles, con voluntad política, control, organización y compromisos institucionales y ciudadanos, podría convertirlo en espacio ordenado, seguro, limpio y atractivo. La Pereira amable, imaginada en el Plan de Desarrollo, es una construcción posible, lo cual implica la ruptura de variados paradigmas.

Pereira tiene, entre otras famas, la de ser un cielo roto. La maravilla de nuestro clima, agradable y sorpresivo, puede inspirar la iniciativa de entechar dos peatonales. Unos lo ven conveniente y otros no. Si se ambiciona conciliar, es factible una solución intermedia. Pienso que se deben privilegiar los espacios abiertos y de encuentro en ambas peatonales, e instalar techos corredizos que están inventados. Supongamos que dichas peatonales se convierten en bulevares a cielo abierto, donde el amoblamiento facilite el acceso público sin restricciones y se adaptan nuevas condiciones de bienestar, dentro de las cuales se agrega la posibilidad de contrarrestar inclemencias climáticas. En la dieciocho sólo se permitiría la labor de los 16 vendedores estacionarios con permiso. El pacto social con ellos, debe sujetarse a monitoreo, bajo un régimen de suspensiones y estímulos. El gobierno municipal debe diferenciar entre vendedores estacionarios y ambulantes, pues en cada caso las estrategias varían.

Es natural que, ante los altos niveles de desempleo, se obre con laxitud. No obstante el vendedor está obligado a cumplir con deberes. Así mismo, autoridades de control incluidas las policiales, están llamadas a cumplir con los propios. No se debe consentir que el ambulante se vuelva estacionario, que los ambulantes obstaculicen, que se amplíen los puestos, que no procuren el aseo a su alrededor, que se promocionen servicios con papelitos que terminan arrojados en calles y andenes, que los almacenes populares instalen equipos y contraten locutores cansones todo el día, que se rieguen productos en los andenes con el pretexto del derecho al trabajo, y perjudicando la movilidad peatonal y virtualmente la vehicular.

Haga, Alcalde, así lluevan rayos y centellas. El techo suyo son sus buenas intenciones. Tape o semitape el cielo roto. ¡Bien!

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