Vemos una crisis de confianza

Por el COMITE INTERGREMIAL DE RISARALDA
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Las “crisis de confianza” preceden las rupturas, en los matrimonios, en las sociedades comerciales, en los mercados bursátiles o en cualquier relación que se fundamente en la credibilidad.

Los pereiranos sufrimos una crisis de confianza en nuestra administración municipal. Los signos visibles son graves, pero lo más grave es que los funcionarios no parecen sentirla y continúan “mirando para el páramo”.

El Concejo de Pereira, que hace pocas semanas le había dado “carta blanca” al alcalde para el manejo de unos recursos, ahora ha negado una adición presupuestal para el “Bioparque”, porque aparentemente, la necesidad fue mal presentada. En este tema, la confianza entre el Concejo y la “Promotora” que es una entidad de la alcaldía, se perdió.

Desde marzo de 2008 varios gremios y esta Corporación, hemos advertido que la Aerocivil tendrá el argumento de seguridad para cerrar “Matecaña”, cuando el aeropuerto de Palestina entre en funcionamiento y clamamos por las obras que pongan nuestro aeropuerto en condiciones competitivas. Después de dos años, apenas se abrirán los concursos para diseñar la ampliación de la cabecera oriental y de la base de bomberos. Dudamos que las obras estén listas cuando abran Palestina.

Hace un año la alcaldía firmó un Pacto Cívico para reubicar a los comerciantes informales. Aunque los firmantes privados y la academia han cumplido su parte, la administración municipal no ha hecho lo suyo y $400 millones que había presupuestado para la reubicación, fueron trasladados a otro rubro, lo que no se pudo hacer sin conocimiento del alcalde.

Por el paso de tanto tiempo sin hechos visibles, muchos vendedores que se habían comprometido en el pacto ya no creen en él.

Si agregamos que en la alcaldía se propone un nuevo censo de vendedores callejeros, lo que dejaría sin piso lo hecho desde noviembre de 2008, la comunidad no tiene ya por qué tener confianza en que el pacto se vaya a cumplir.

El mayor logro local contra el desempleo, además del plan de choque en obras públicas, que está comenzando mal porque el “anillo vial” se inició sin los permisos ambientales, fue la llegada de “Telemark”, que debió terminar el año pasado con 1.000 puestos de trabajo. Sólo llegó a 340 y decidió que era mejor abrir una nueva sede en Cali.

No hemos visto otra acción oficial que traiga empleadores privados a la ciudad. Mientras tanto en Manizales la alcaldía le apunta a 3 nuevos “call center” y está construyendo los locales para albergarlos.

Son muestras de la falta de acción gubernamental frente a problemas graves de la ciudad, que genera falta de confianza. La administración municipal debe recuperarla con hechos de gobierno, si fracasa en su intento, la ruptura estará próxima.

JAMES FONSECA MORALES
Director Ejecutivo